Bajo el fondo de un desierto, entre escombros y tanques
aparecen, allí se encuentran
dos niños, no menos de 7 años, que parecen distintos.
Uno sale de los tanques, de los misiles sin justificación
con el collar de la Estrella de David colgada.
Se supone que representa la furia, la superioridad, el terror.
Tanques que, bajo la excusa de los terroristas
han masacrado a todo un pueblo inocente.
El otro sale de los escombros,
con el turbante lleno de sangre y tierra
es victima de esos mismos cañones,
pero también del egoísmo de los suyos
ajenos a sus vidas, solo le interesa lo suyo
pedir mas libertad por la fuerza a cambio de demasiadas vidas.
Y sin embargo ambos no piensan en todo eso,
ni en bombas
ni en infructuosos tratados de paz
solo en la pelota que está en medio de todo.
El de la estrella la coge, mira al gazatí y le pregunta:
"¿Quieres jugar?" "Sí!"
Se ponen a dar toques al balón
como si se conociesen de toda la vida
olvidando los tanques
olvidando los escombros
olvidando los egoísmos
olvidando... una guerra infame.
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