domingo, 23 de noviembre de 2014

Carta

Hola

Hace mucho que no hablamos, te has cambiado de nombre unas cuantas veces pero sigues siendo igual. Pero tristemente no te veo bien. Ni tampoco, como entonces cuando te conocí, sentirte a gusto con lo que te has convertido.

He pensado en muchas cosas en estos días de lluvia y frío en los que me ha dado por, después de mi cambio y mis últimos éxitos, he decidido bajar a las catacumbas de mi pasado. Aún sigue ahí cada carta, foto que hemos compartido. Pero siguen ahí también golpes y lágrimas de los cuales aún tengo marcados, no para mal, sino para seguir teniéndolos en cuenta para no hacer daño. Mucho me temo que esas heridas están volviéndose eternas por culpa de gente que se tiene que unir a la cola, ya demasiado larga, de los que formamos parte de ese clan de "cabritos"

No, no estoy aquí para ahondar más en esas heridas, ni tan siquiera para crear una nueva. Y ya que con tu justificado, en su momento, rencor no he podido hacerlo y mucho me temo que muchas de las personas de esta cola, verdaderos ególatras, no creo que lo hagan; lo que quiero es pedir perdón de la manera en que me se mejor expresarme, con el arte de la palabra que se que manejas muy bien.

No sé en que puedo ayudar personalmente, debido como dije a tu bloqueo, pero sí que puedes hacer alguna cosa. Vivir sin dependencia. ¿Para que confiar en la "gente" si puedes confiar en ti? Encima con tanta cabeza que tienes, ¿porque esperar a ese golpe en la mesa? No hay que intervenir ante los hachazos si se puede mirar de frente para responder con múltiples balazos.

Aún aquí arriba estamos esperando a tu regreso, a esa sonrisa que tanto dio que hablar. Al contrario que muchos, aún se está a tiempo de darlo todo y de, aun con piedras en medio, darlo todo. Ya lo dijo Ernesto "Che" Guevara: "Prefiero morir de pie, que vivir de rodillas".

No hay comentarios:

Publicar un comentario