Los que sean seguidores asiduos a este planeta se acordarán de unas líneas finales en aquel análisis que hice sobre lo sucedido en las elecciones en Cataluña, acerca de la constante acaparamiento de la Independencia de la región en su campaña electoral.
Pues bien hoy vengo con la cabeza bastante frita porque aún no hemos llegado todavía al inicio de la campaña electoral de las Nacionales para el 26 J y ya me tienen un poco harto con dos temas, de las cuales profundizaré una sola. Así por encima el constante reproche general y con fuego cruzado del papel de cada uno de los partidos estos últimos meses. Eso ya lo tengo más que asumido y mi cabreo máximo no es con ello. Es normal ya en España que nos reprochemos cosas pasadas y en los partidos políticos pues el reproche es deporte rey. Por esa parte pocos problemas.
El verdadero problema es cuando se utiliza otro país para armar una guerra ideológica, y hoy más que nunca ello esta sucediendo. La afectada por esta situación es Venezuela. Ese país latinoamericano con el que tantas conexiones tenemos y que está siendo utilizado como constante bomba para criticar al partido político contrario. Y cansa.
Cansa por dos razones. primero porque siempre se utiliza la misma muestra que nos viene de Caracas. Y aunque el himno venezolano dice aquello de "Seguid el ejemplo que Caracas dio", Venezuela es un país enorme con un montón de ciudades y pueblos. Por tanto en temas como la escasez de alimentos, la falta de productos básicos está la cosa bastante confusa para los aventureros que buscan información objetiva por todas partes. Siempre se coge la muestra de Caracas, de las colas en todos los barrios de por allí, pero abramos la mira un poco. Y no me hará falta poner el caso del empresario vasco censurado por algunos por mostrar su realidad en Venezuela. De siempre se sabe que cuanto más rico eres más fácil lo tienes. Pero la escasez es desigual según en la ciudad que te encuentres de turno. Permitidme poner un ejemplo personal; una amiga recién ha regresado de vivir unos meses en un pueblo en el estado Amazonas (sur del país) y digamos que, según su experiencia personal, mucha escasez no había.
Pero lo que más me enfada, y seguro que a alguno de ustedes también, es la falta de una actitud que popularmente le decimos "mirarse al ombligo". ¿Allí hay escasez?, Aquí muchas familias también la sufren; ¿Allí hay corruptos?, Aquí también; ¿Allí hay violencia?, Aquí también; ¿Allí hay una fuerte crisis?, Aquí también. Chavales, como decía mi madre, que más me da lo que hagan o dejen de hacer los demás. Que los problemas se vean más graves en un sitio no significa que en nuestro país no los haya. Esos mismos problemas que están tapados sólo para que ninguno caiga en vergüenza.
Preparémonos pues para una campaña electoral aburrida, bronca y con poca variedad de temas a surgir. Ustedes serán imbéciles, pero los ciudadanos ya hemos demostrado que de eso tenemos poco. Buena suerte
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